lunes, 1 de noviembre de 2010

Un buen tema de conversación I


Con mis amigos de la facultad solíamos decir que las mujeres constituyen más que nada un buen tema de conversación. ¿Las mujeres en qué sentido? En cualquiera. La forma o las formas, la ropa, la falta de ropa, la voz, la posibilidad lejana o cercana de conquistarlas, ese tipo charlas de vestuario que alegran la vida. Decíamos también que las mujeres suelen funcionar mejor como tema que en el trato cotidiano. Porque una vez armada la pareja y satisfecha la sed (al menos en parte) sentíamos que las cosas se complicaban gravemente. Aparecían las discusiones, las diferencias, las sospechas mutuas, los momentos muertos. Tarde o temprano, sin embargo, concluíamos que debíamos elegir entre una buena charla de vestuario y el encuentro real con una mujer real. La última opción es problemática, una desgracia a veces, pero sus alcances resultan infinitamente superiores a la mejor conversación.
L.

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