La difusión periodística de cualquier hecho o actividad cultural, social, política o deportiva tiene un altísimo costo. A cambio de la promoción gentilmente ofrecida los cuervos de la prensa ocultan o deforman datos, eligen fotos engañosas, banalizan, matan, convierten en barro lo que tocan. Perfectamente se los puede comparar con los antropófagos, es decir, con quienes se alimentan de carne humana. De esa maravillosa labor vive el periodismo, sobre todo el argentino, en casi todas sus formas. Los ejecutores de semejante rapiña padecen, sin embargo, una impotencia incurable y fatal. Se comen a los otros pero nunca pueden ser los otros.
L.
Pero habemos otro tipo de periodistas a los que nadie presta atención porque la honestidad, la difusión por el placer de contar, la información con el fin de aprender y construir juntos no sirven para la crítica, no le importan a nadie.
ResponderEliminarAbrazos.
No todos los periodistas somos así. Como dice Mai, también están los que no somos funcionales al vedetismo del momento, a los que no negociamos, a los que no vendemos carne vencida y que nuestro amor e interés pasa por leer, contar y escribir una visión lo mas fiel posible de la realidad y todos los días lucho para no ceder mi libertad ni mis palabras.
ResponderEliminarA.P