miércoles, 17 de noviembre de 2010

Lo inconsciente


Desde lo consciente solemos censurar la vida, nos escandalizamos por una palabra o una foto inconveniente, señalamos a los otros con el dedo, exigimos la aplicación de reglas que raramente cumplimos. Nuestro inconsciente, en cambio, carece de esas limitaciones éticas. Se filtra en los sueños, en los actos y hasta en el discurso casual. Lo hace, encima, de una forma totalmente irresponsable. No cuestiona los gestos imprudentes, admite la infidelidad, los cambios de sexo, la pornografía espiritual o física, la ideología políticamente incorrecta. Tenemos razón, por eso mismo, al reprimirlo y silenciarlo. Pero aún así lo inconsciente se las arregla bien para manifestarse en el momento menos pensado. No pide permiso. Y habla, por si fuera poco, de la manera más sucia, loca e inmoral.
L.

2 comentarios:

  1. Buen punto. Eso explica, entre tantas cosas, el doble discurso, el abuso de niños por parte de altos prelados de la iglesia, las pesadillas y fantasías sexuales que afloran a veces en la noche. El inconsciente, a veces, no solo habla. También nos hace optar en tal o cual sentido sin que sepamos que sabemos los motivos.
    René

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  2. desde lo consciente o desde la mojigatería y la doble moral?

    tendremos que echarnos un clavado más allá del inconsciente y dejar de culparlo de casi todo.
    "es que el inconsciente me traicionó" suena a coartada ruin.

    Vera

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