martes, 30 de noviembre de 2010

Lo efímero


La vida es trágica por definición. Nacemos para morir y todo lo que hacemos está marcado de inicio por esa fatalidad sin nombre. Algunos temen el desenlace y deciden mirar para otro lado y hacerse los tontos, a veces, hasta el fin. Otros prefieren vivir sabiendo y son los que están a salvo. Porque a partir de ser conscientes del sentido trágico y casi desesperante de la vida, todo, incluso aquello, es y será posible para ellos. Le sacarán el jugo a la naranja hasta exprimirla por completo y tragar con placer inusitado hasta la última gota. No matarán el tiempo sino que lo rescatarán de mil maneras diferentes. ¿Cada minuto es el último? Claro que sí. Y por eso mismo harán el amor con cada brevísimo instante de la existencia. Y de esa cópula sagrada nacerán flores que no serán menos hermosas por el hecho de ser -como todo- improbables, vanas, efímeras.
L.

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