Un triste día de invierno de 1980 un juez de la dictadura argentina ordenó y ejecutó la quema de un millón y medio de libros pertenecientes al Centro Editor de América Latina. Antes los militares ya habían prohibido una larga lista de títulos inconvenientes. No sólo los volúmenes filosóficos de Marx, Engels y Lenin sino también El principito, del subversivo Antoine de Saint Exupéry, y textos insinuantes y decididamente peligrosos como Para hacer el amor en los parques, de Nicolás Casullo. En el mundo la quema de libros comenzó en China unos doscientos años antes de nuestra era. El 10 de mayo de 1933 el nazismo levantó una gran fogata de libros de autores judíos como anticipo de la inminente quema de los propios autores y sus millones de lectores. ¿Se volverán a quemar libros en el futuro del mundo? No parece necesario. Los muebleros de Buenos Aires aseguran que ya nadie compra bibliotecas. Prácticamente se dejaron de fabricar. Un ciudadano estadounidense común lee menos de un libro por año. Los estudiantes aprenden, en el mejor de los casos, con fotocopias. La lectura es vista como una actividad solitaria, infructuosa y aburrida. Quizás los bárbaros del futuro no necesiten fósforos. Se nos dice que pronto gozaremos de pantallas textuales con las que será posible "interactuar" de un modo veloz y efectivo con diez mil libros a la vez. Alonso Quijano no volverá a enloquecer. Emma Bovary no va suicidarse cuando compruebe que la vida no es igual a las novelas románticas que la enfermaron. Algo se habrá perdido, sin embargo, cuando la felicidad total y absoluta se haya impuesto en el planeta. Algo que ni vale la pena nombrar.
L.
La primer línea de tu entrada me estrujó el alma...
ResponderEliminar"Algo se habrá perdido"y nos habremos perdido, sin duda.
Sigo leyendo libros, comprando libros, mando a fabricar bibliotecas, entrevisto (y me fascino cuando lo hago)a gente que escribe libros.
Y no sé porque tengo un Blog, no encontré respuesta a tus preguntas. Sí puedo decirte que disfruto mucho leyendo blogs de otrxs, metiéndome en sus entrelíneas, imaginándolxs.
Un abrazo, un placer.
No todo está perdido, Lenny. Quizás el post que escribí esté demasiado cargado de escepticismo. Quizás pretendió ser un modesto llamado de atención. Siempre habrá libros y lectores dispuestos a encenderse con una llama no precisamente aniquiladora sino estimulante de lo mejor que tenemos.
ResponderEliminarL.
EL Hombre ilistrado, de Ray Brdbury, en Los desterrados
ResponderEliminarhombre, que mientras existan románticos como nosotros existirán los libros!
ResponderEliminarDebo ser una alienígena! Leo más que nunca ¿serán los añitos que me pegan fuerte?! Y se me dio por leer o re-leer clásicos antiguos y modernos, además de novelas góticas del S. XVI, que eran entonces de "vanguardia"! Estoy embelesada con la lectura, también me trago periódicos de los buenos, y algunos libros nuevos, como los de Paul Virilio, filósofo y arquitecto (no recomendable para antes de dormir..). Ahora estoy con "Ciudad Pánico", pero vengo a los blogs como este para aligerar un poco tanta carga...jaja!!
ResponderEliminarGracias por la entrada, si me puse verborrágica será porque es buenísima! Abrazos.