No hay que esperar grandes y definitivos rescates. Alcanza un barco de papel, un peinecito de nácar, una palabra casual, un escote pasajero. La teoría de la salvación barata funciona sobre todo en pequeños ambientes y en días nublados. No hacen falta ilusiones y mucho menos esperanzas. Una gota en el mar, caminatas a la sombra, un poco de silencio, todo inseguro y extremadamente débil. El hombre que se ahoga descubre en sí mismo el salvavidas.
L.
Pequeñas salvaciones cotidianas: limpiar el polvo de la casa, comprar flores nuevas, tender la cama, bañarse, estirar los pies luego de caminar, disfrutar del olor de los libros, tomar agua, escribir un mail corto pero contundente, aprender a freir cebolla sin que se queme, asombrarse por la forma de las mandarinas y ya... las grandes gestas, si hay, vendrán después.
ResponderEliminarAl mantener viva la capacidad de asombro la salvación puede encontrarse en un barquito de papel, en el huerto claro donde madura el limonero o en el peinecito de nácar olvidado en un cajón.
ResponderEliminarGraciela B