viernes, 5 de marzo de 2010

Palabras, palabras, palabras


Los escritores deberían hablar menos de literatura y dedicarse a escribir. Los amantes deberían copular más seguido y dejar los discursos para después. Y así todo. Más acción y menos especulación. El lenguaje nos ahoga en un coro extraordinario. Algún día los celulares van a estallar ante la acumulación de tantas voces huecas. Los anodinos diálogos por chat acabarán con el diálogo real. Nadie sabrá nada de nadie. Hojas y hojas escritas para nada. Volvamos a la mente en blanco y despreciemos la filosofía barata a cambio de un par de zapatos de goma. Insisto y resisto. Escritores, amantes, gente en general. Creo que todos deberían (deberíamos) hablar menos. Y amar, escribir lindo, soñar, vivir la vida sin causa ni por qué. Ante la dictadura del ruido mejores son las nueces.
L.

2 comentarios:

  1. Hablar sobre lo que se planea hacer es una linda manera de distraerse. Hay un goce en la alucinación. ¿Qué mejor que monologar sobre mi deseo de aprender italiano, escribir una novela, escalar una montaña? No creo en la expresión "soñar no cuesta nada". Al final, el no actuar tiene un precio.

    Rocío

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  2. Y vivir el Carpe Diem, cada día como único. Lo que calles hoy será dicho mañana y quizás ya no sirva de nada.
    Volver a las palabras, aunque muchas veces hagan trampa y no digan la verdad.Prefiero mil veces correr el riesgo, a recibir caritas sonrientes mentirosas.

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