Los militantes del sincericidio creen que la mejor manera de apagar la llama de los celos es decir la verdad. Entonces (de puro honestos) le cuentan todo a su pareja. Que besaron a tal, que soñaron con aquel otro u otra, que se acostaron con un tercero, que fantasean aún con la camarera de la esquina. Ese acto no es otra cosa que quitarse un peso de encima. No es bondad sino una forma sofisticada y sinuosa del egoísmo. Es (para ser más directos) aliviarse de culpa y donar el problema al otro integrante de la pareja. La prueba de la verdad no resulta. Como tantas cosas de la vida los celos no se apagan con nada. Tampoco puede ahogarse voluntariamente la presencia real o fantaseada de un tercero.
¿Qué hacer entonces? Lo primero es no dañar, dicen los médicos.
L.
Como celoso sufro cuatro veces: porque estoy celoso, porque me reprocho al estarlo, porque temo que mis celos hieran al otro, porque me dejo someter por una boludés. Sufro por ser excluido, por ser agresivo, por ser loco y por ser ordinario.
ResponderEliminarR.
¿Qué no resulta? ¿la prueba de la verdad o la verdad misma?
ResponderEliminarEn mi experiencia, lo no dicho, dice mucho más que lo que digo. Por eso intento darle el nombre justo a mis deseos. Me gustaría compartir esto con mi pareja, pero no siempre lo logro. Entiendo los motivos de sus celos, también los motivos de los míos, pero el entendimiento no alcanza.
No hay razón que me consuele: soy celosa militante y siempre tengo razón. El deseo sexual por otras (y otros) es irredimible.
J.
No es posible escapar de los celos. Están presentes. No hay palabra ni silencio que los alivie.
ResponderEliminarPero los celos -entendidos como una variación del miedo- pueden ser útiles para la relación. Dan cuenta de la fragilidad de un vínculo. Y de su luminosidad.
Buen post.
Gladis Varela
Mejor ser sinceros sin suicidarnos...mejor dejar el egoísmo y aceptar lo que somos...todo esto se evita con sinceridad, amor, aceptarnos y aceptar al otro y sobre todo ganas. Fusión constante de amor y ganas, el resto es el resto...
ResponderEliminarOdio que me celen... pero no puedo evitar ser celosa. Es propio de la condición humana, creo yo, esto de no hacerle al otro lo que no le gusta a uno que le hagan.
ResponderEliminarEgoísmo? sinceridad?
Qué dificil de decidir.
Beso Luis,