miércoles, 10 de marzo de 2010

Vida en pareja


Por razones de dominio público (no necesariamente por falta de amor) la vida en pareja tiende a volverse rutinaria. Pasada la fase de enamoramiento las palabras y los actos se reiteran peligrosamente. La convivencia se carga de cansancio, reproches, momentos de hastío que pueden saldarse en la cama o (más fácil) viendo televisión. Pero el despertador suena puntual al otro día, la oficina descarga sus miserias y la tarde no siempre es rutilante. Algunas parejas dilatan las cosas con la invalorable ayuda de hijos y amantes. El juguete funciona un rato pero también cansa. Y contribuye (con el tiempo) a apagar los restos del fuego inicial. El desenlace no tiene por qué ser fatal. Hay quienes consiguen desarmar el mecanismo. Hacen de cada encuentro una pequeña obra de arte. Se ríen del mundo, se besan porque sí, aceptan la angustia como parte del juego y juegan en el bosque mientras el lobo no está. De ellos será (diría un creyente) el olvidado reino de los cielos.
L.

4 comentarios:

  1. No creo que la rutina sea el problema. Lo habitual es tranquilizador y estimulante a la vez. Disfruto con mi pareja ir al mismo restaurante, pedir la misma comida y reírme de los mismos chistes. La magia, como le dicen algunos, no pasa por lo sorprendente o lo anecdótico. Hay algo más.

    Buen post.

    Laura.

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  2. Coincido con eso de que la magia es algo más, no sólo evadir la rutina. Auque esta última nos devore si nos dejamos estar.

    En una relación no pueden faltar la pasión ni el misterio, la magia. ¿Qué son esas cosas? No tengo la más pálida idea. Sólo sé cómo se sienten.


    buen post.

    Abrazo, Luis.

    Diego S.

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  3. En realidad tengo mis serias dudas al respecto de lo habitual y rutinario. Que pasa si esa magia es en realidad la tranquilidad de saberse acompañado, haya o no pasión y romance?
    En ese caso la magia no seria magia en si, sino quizás una sensación de compañerismo que nada tiene que ver con la pareja, sino mas con una relación que se tendría con un amigo de toda la vida.

    Como todo, esto es solo una opinión y va completamente sin ánimos de herir a nadi.

    Muy buen Blog, Luis, gracias por deleitarme las ideas.

    A. Sherif

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  4. Creo sencillamente que uno puede salir de esa rutina del mismo modo que al entrar en ella. Si bien es cierto que la rutina es escurridiza y trata de meterse por cada rincón, me parece que si la persona es compatible a la forma de pensar propia, se puede safar, sino no.
    Es indispensable que AMBOS tiren siempre para el mismo lado en todo.

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