jueves, 26 de agosto de 2010

Después de clase


Tres horas seguidas de clase. ¿Pasión aparente o real? Construcción de una trama invisible que enseguida se disuelve. Los alumnos parecen escuchar. El profesor parece conocer el tema. Simulación mutua. Todos hacen como si. Pero secretamente miran la hora en el celular. Suponen que la fiesta está en otra parte. Sueñan despiertos con esa fiesta. Creen en ella. Entenderán todos, tarde o temprano, que no hay fiesta posible. O había una que nadie percibió. Y era la clase misma. La maldita clase que livianamente dejaron pasar.
L.

4 comentarios:

  1. jaja, yo miré la hora, pero, fue simplemente por cansancio luego de un largo día que todavía no terminó, no hay fiestas, solo descanso... no todo es lo que parece

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  2. No me gustan las frases armadas, pero esta la entendí hasta que perdí..."No valoramos lo que tenemos, hasta que lo perdemos"
    Meses o años después, vamos a querer volver a esa clase, que antes nos molestaba, aburría, o en la cual fantaseabamos mientras pasaba la hora.
    La intensidad del instante, se pierde cuando las cosas pasan...

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  3. Yo voy feliz a escuchar a quien se supone tiene ese conocieminto que yo quiero incorporar y disfruta a la vez de enseñar, apago mi celular y me olvido de las fiestas,que igual siempre están... pero no todas las clases son iguales, hay muchas que te apagan la pasión y otras que te la hacen estallar y eso es lo que me mantiene en la facultad abierta a esa sensación que después de todo es la que sostiene todo lo demas.

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  4. yo voy feliz a escuchar al docente que se supone tiene el conocimiento que yo deseo incorporar y con quien,a la vez, copartimos una linda sensación, el la de enseñar y yo la de aprender...por eso apago el celular y me olvido de las fiestas ,que en definitiva nunca van a faltar.Pero no todas las clases son iguales.
    Algunas te apagan la pasión y otras te la hacen estallar y esa es la búsqueda que en definitiva sostiene , en mi caso, todo lo demás.

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