Las primeras imágenes de un minero chileno y atrapado a setecientos metros de profundidad (en un socavón próximo a la ciudad de Copiapó, al norte del país trasandino) ofrecen más de una lectura. Por un lado la alegría de saber que los 33 mineros están vivos resulta indudablemente alentadora. Por otro la visión del pozo interminable es una perfecta metáfora de la situación actual de los trabajadores en el mundo entero. Nunca tan explotados. Nunca tan abajo. Nunca tan ignorados. Nunca tan al borde de desaparecer. Los expertos advierten que el rescate demorará tres meses como mínimo. En ese lapso los mineros recibirán suero, alimentos y remedios a través de una sonda. ¿Sobrevivirán? ¿Sobreviviremos?
L.
La imagen fue cedida por el fotógrafo Lucio Boschi.
Creo también que la noticia si bien alentadora encierra unida a la imagen de la fotografía una dolorosa visión sobre lo que se oculta tras los números de algunas compañías exitosas. Asocio esto con el derrame en el Golfo. ¿Cómo se evaluaron los riesgos a que se someterían los trabajadores en actividades tan peligrosas? Si había algo impredecible ¿porqué siguieron adelante? ¿Cuánto pesa la posibilidad de que ocurra una tragedia frente a la decisión de seguir o no con un proyecto de alto riesgo? Como todos espero que resistan y vuelvan con los suyos y que estas tragedias no hayan sido en vano.
ResponderEliminarGraciela B