Viajé a Buenos Aires para escribir una gran novela. Pensaba que al tomar distancia de lo que quería decir haría que las palabras salieran más fácilmente. También supuse que era necesario vivir para poder crear. Hasta entonces nunca me había enamorado y por eso no podía narrar el amor. Ha pasado ya un año desde mi llegada y esa gran novela aún no se ha concretado. Y lo más seguro es que nunca la escriba. Porque el objeto del que quería alejarme resultó ser mi propia piel. Y el amor que tanto ansiaba conocer se resiste a ser nombrado. Durante esta larga vigilia las palabras han perdido todo el poder evocativo que alguna vez tuvieron. Son monedas de otra época. Monedas gastadas. Mi único lenguaje es el silencio.
Andrea
Andrea
El amor no se deja nombrar. O se deja a través del silencio. Hermoso texto, Andrea.
ResponderEliminarLucho
Muy buen texto, sublime, Andrea. Para ti y para Luis un regalo. Besos,
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=vld2cLpznAE&feature=player_embedded#!
Hay música porque hay sonidos y silencios. Tal vez esa novela sea ahora como un río de palabras que necesita encontrar su estuario. El silencio las ayudará a cargarse nuevamente de sentido entregándose finalmente a tu creación.
ResponderEliminarGraciela B
El silencio de las palabras, o
ResponderEliminarlas palabras del silencio
es decir, sonidos del silencio:las palabras.
No está mal Andrea! ...
El silencio
de
tu lenguaje
las palabras
de
tu sonido.
Es así, las cosas no salen tal cuál uno las planea.
ResponderEliminarCuando algo me importa verdaderamente, me concentro en poner lo mejor de mi y eso entretiene, después los resultados dependen de tantas cosas, abandoné dos novelas, una cuándo todavía escribía en la Olivetti y la otra después de un año de investigación, un poco duele, como el amor.
Qué bueno volver a leerte,
e