Miedo al día y la noche. Miedo al mensaje no recibido ni enviado, al llamado inminente, al silencio sin huecos. Miedo al ruido que ahoga. Miedo a no poder amar. Miedo a hablar demasiado. Miedo a no dejar de ver el mar ilimitado y frío de la infancia. Miedo al sol. A no recordar la playa donde una desconocida tapó mis ojos una vez como si me abrazara por la espalda. Miedo a no sentir sus manos tibias en los ojos. Miedo a que desaparezca para siempre. Miedo a la verdad.
L.
El miedo paraliza, nos vuelve ciegos por momentos, nos marea.
ResponderEliminarEl miedo construye y destruye. Condiciona, cierra puertas. Pero también es un indicador, es un llamado de atención a nuestro propio ser, para no boicotearnos.
El miedo es una herramienta que como tal, debemos saber usar.
El miedo es necesario y sin embargo nadie lo quiere. Si sólo apareciera para alertar, prevenir o evitar lo peligroso, dañino o inconveniente. Pero no. Es como el agua. Se filtra por todos los recovecos del alma. Invade, molesta, angustia. El sabe que nadie lo quiere pero detesta estar solo.
ResponderEliminarGraciela B