Peligrosa cosificación de la humanidad. Una alumna dice que los hombres son como los autos. Cada tres años, calcula, hay que cambiarlos. Le pregunté si podía decirse lo mismo de las mujeres, es decir, si también ellas son intercambiables a plazo fijo. Mi alumna dudó, sonrió con malicia y finalmente dijo que lo importante, para la mujer, es saber cuidar la carrocería. Usó esa palabra. Carrocería. Era tarde para discutir y preferí dejar las cosas así. Mientras regresaba a casa pensé en el riesgo de evaluar a las personas con el mismo criterio que rige el consumo de autos, lavarropas y cortes vacunos. Peligrosa cosificación de la humanidad.
L.
Ese, creo, es un triunfo cultural del capitalismo. Aprendimos a confundir objetos con sentimientos. Y hasta el deseo, dice Silvio Rodríguez, fue convertido en objeto de consumo.
ResponderEliminarMili
Estoy de acuerdo con Mili, Luis. Mero capitalismo. Maldito sistema!
ResponderEliminarUn saludo de un ex mueble de aula, je.
uffff, que bueno volver aca...
ResponderEliminarPara la mayoria es asi, pero cuando uno vio tanto de esto se da cuenta que es una gran mentira, de nada sirve la carroceria si no hay un buen motor
No hay duda alguna de que es así. Yo, por ejemplo, soy un Falcon 70 en muy buen estado. Un fierro fiel que te lleva a todas partes. Tengo una amiga que es un Fiat 600, porque es chiquitita y ruidosa. Y un primo mío asegura que es un Citroen 3CV: gasta poco, va despacio a todas partes y le crujen las articulaciones.
ResponderEliminarUn profesor(que quiero mucho) que tuve durante el cbc,mientras estudiabamos diferentes textos que explican como el sistema reduce nuestra vida a la economia,compartió con nosotros una famosa frase de Shakespeare que dice algo asi: "estamos hechos de la materia de los sueños y nuestra pequeña vida se termina en un sueño"(en inglés suena mucho mejor).
ResponderEliminarDespués nos explicó que lo que el famoso autor intentaba decir es que somos el sueño de alguien que nos esta soñando y en relación al tema de la clase concluyó:"nosotros somos el sueño del mercado".
Me parece increible como inconcientemente adoptamos el lenguaje del sistema dominante y lo aplicamos a cosas de la vida que se pueden abordar de maneras mucho mas interesantes, automatizamos nuestra manera de expresarnos y perdemos la sensibilidad.