martes, 31 de agosto de 2010

¿A quién amamos realmente?


¿Amamos a una persona real o a la idea que nos hacemos de ella? Pessoa, el poeta portugués, ha respondido esa pregunta de manera frontal e irreductible. Nunca amamos a nadie, dijo en uno de sus clásicos manifiestos. Es a un discurso nuestro. Es a nosotros mismos a quien amamos. Esto es verdad en toda la escala del amor. En el vínculo sexual buscamos un placer propio obtenido por intermedio de cuerpos extraños. En el amor diferente del sexual buscamos placer y lo recibimos a través de una idea también nuestra. ¿Tendrá razón Pessoa? ¿Sólo nos enamoramos de versiones ajenas de nuestro ser?
L.

2 comentarios:

  1. Tengo un amigo que dice siempre "cuando uno habla, habla de uno", y este texto me hizo acordar a eso.
    Es un punto de vista, creo que cuando amamos realmente amamos lo que la otra persona es, Todo lo malo, todo lo bueno, todo lo que no nos cierra, su histeria, sus defectos, sus alegrías, su música al andar...todo.
    No sé si se trata de buscar en el otro coincidencias ni proyecciones. Me he enamorado de lo absolutamente distinto y antagónico de otra persona y también de un parecido que es pura fusión.
    Uno cuando ama, ama lo que ambos son juntos. Y también lo que el otro es y lo que uno es por ese otro.
    Eso es amor...
    A.

    ResponderEliminar
  2. Creo que Pessoa tiene razón. Lo otro es falta de sinceridad. Muy bueno el post. Abrazos, Luis

    ResponderEliminar