lunes, 30 de agosto de 2010

Forma y contenido


Mis alumnos de escritura se quejan de las correcciones. Dicen que me detengo demasiado en la forma sin tener en cuenta el contenido, es decir, lo que se está contando en los textos. Eso y no otra cosa sería lo que importa. El qué y no el cómo. En esos casos no tengo fundamentos de peso. Nada que aportar. Pienso apenas en algunas películas, digamos, Los puentes de Madison. Un amor fugaz e intenso entre un fotógrafo y un ama de casa. Todo es forma en ese film. Encuadre, guión, silencios. Pienso, también, en algunas novelas, digamos, El silenciero. Es la historia de un hombre a quien le molesta el ruido. Solamente con eso el escritor mendocino Antonio Di Benedetto compuso una novela excepcional. La lista podría seguir hasta el infinito. Nubes, manzanas, mujeres. Todo es forma. Y esa forma, como la corriente de un río, arrastra al contenido. Lo crea.
L.

3 comentarios:

  1. Qué bien elegido el ejemplo desde lo visual con el recuerdo de tan hermosa película.No he leído el libro de Di Benedetto pero lo haré. Relaciono este texto con lo que pasa con el té. Siempre es té ya sea en una taza de porcelana o en una de plástico. Sin embargo preparado en una tetera , demorándonos en echar el agua, esperando que el aroma comience a ser parte del ambiente , sirviéndolo lentamente en la taza resulta más rico. Son todos esos pasos previos, los que hacen a la forma de preparalo, los que realzarán su sabor y el momento de disfrutarlo. Con el saquito en un vaso de plástico no es lo mismo. Coincido.Todo es forma.
    Graciela B

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  2. Forma y contenido van de la mano. La bellaza resulta de lo que transmiten las dos partes al mismo tiempo.
    Hola Luis! Sí, estoy viva.
    Un beso

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  3. La cantidad de ejemplos si se indaga sería incontable. Porque un qué importante es tan relativo como cantidad de seres existan. Una forma diferente es lo que distingue.
    El humano. No somos todos el mismo qué y nos distinguimos por el cómo ¿No llamamos a eso personalidad?
    Darío lo tenía claro y no tuvo miedo de los romanticistas: Yo persigo una forma

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