Las mujeres no deberían acunar a los hombres que aman. Menos aún dedicarse a resolver sus problemas cotidianos. No deberían lavar su ropa interior. Menos aún cocinar y vestirse exclusivamente para ellos. Si se ocuparan de esas y otras tareas se convertirían en madres. Eso es riesgoso. Sus novios, maridos o como se llamen dejarían de verlas como mujeres. Eso va a notarse luego en la cama y en todo lo demás. Los hombres no deberían actuar como niños en la pareja. No pedir, no arrodillarse, no quejarse, no reclamar alimentos, ropa y atención. Si lo hicieran las mujeres dejarían de considerarlos como hombres y los verían apenas como hijos grandes. A la larga eso va a notarse en la cama y en todo lo demás.
L.
L.
Es posible que los cuidados excesivos por la persona amada lleven a veces a tal confusión. Si lo que fueron cálidos mimos cotidianos terminaron enfriando la cama creo que tiene más que ver con haber dejado mutuamente y sin darse cuenta que valiera más el plato de lentejas que la mujer-cocinera que apurada dejó su soutien negro sobre la cama, porque el marido, porque los chicos, porque la hora.Es cuestión de aprender a ver. No siempre somos lo que hacemos. Guardamos lo que fuimos y soñamos con lo que podríamos llegar a ser. A veces los vidrios se empañan.
ResponderEliminarGraciela B
Lamento haber leido tarde este post.
ResponderEliminarC.
Excelente.
ResponderEliminarAbrazo
F. Vico.