Todos aspiramos a una vida sin problemas, sin conflictos, sin dramas. Todo alegría, todo fiesta, todo lindo. Soñamos con un estado de felicidad permanente, brutal e inoxidable. Y si no la encontramos la inventamos, alucinamos y hasta nos acostamos con ella. Pero sabemos en el fondo (atrás y adelante) que eso no existe. Que la vida no sería tal sin la maldita contradicción que nos empuja hacia adelante y que nos mata y nos da vida al mismo tiempo.
L.
L.
Cómo me gustaría una vida plena de felidad. Pero para ser feliz necesito de la felicidad de los demás. La meta parece siempre un poquito más allá.
ResponderEliminarEl mientras tanto se vuelve MUY importante si aspiramos a seguir con vida.
JAJAAAA
ResponderEliminarfeeelicidaaad! qué imagen, qué retrato de la felicidad...
el rancho el caballo la china y (digamos) el huerto.
entre el cielo y la tierra.
nada es igual