El viento, o no se sabe qué, derribó ayer el castaño que Ana Frank, autora del célebre diario y víctima del nazismo, contemplaba desde su escondite en Ámsterdam. Atacado por los hongos y las tormentas del tiempo, el árbol de 150 años cayó al piso y, apenas una hora después, ya se ofrecían a la venta por Internet pedazos del tronco y varias ramas. El 23 de febrero de 1944 aparece en el diario de Ana una primera referencia. Miro el cielo azul y el castaño desnudo en el que brillan gotas de agua. También las gaviotas y otros pájaros que parecen de plata. El 18 de abril del mismo año alaba un mes ni muy caluroso ni demasiado frío. Y reaparece nuevamente el castaño de los sueños. Nuestro árbol, con algunas castañas aquí y allá. La última cita corresponde al 13 de mayo de 1944. Unos días después Ana Frank y su familia fueron descubiertos por la Gestapo y llevados a campos de concentración para ser ultimados. Nuestro castaño está en flor, lleno de hojas y mucho más hermoso que el año pasado.
L.
A veces la esperanza nos juega una mala pasada pero no podría vivir sin ella. En algún lugar guardo castaños en flor que dan buen soporte cuando el terreno se vuelve resbaladizo. Es doloroso este final pero por suerte Ana no lo vio.
ResponderEliminarGraciela B