El riesgo de sobrevalorar a alguien es degradarlo a continuación. El enamoramiento idealiza (alucina) al otro hasta límites insospechados. Es así por necesidad y no por error o inmadurez. Necesitamos inventar un dios para encender velas a su nombre. La fase alucinatoria del amor es como la primera versión de un texto en literatura. Sin ella no habrá segunda ni tercera. No tendríamos ninguna base para trabajar sin esas frases torpes del comienzo. El primer beso bajo las ramas de un árbol es de cualquier modo inolvidable. Pero la luz que asoma entre las ramas deberá ser luego confirmada. Si el fulgor sobrevive al hastío, a los platos sucios, al mail descubierto al azar con trampa manifiesta, al acto rutinario de sacar la basura después de las 9, entonces sí, la historia se pondrá mejor que nunca. No está de más (igual) permanecer atentos. El riesgo de sobrevalorar a alguien es degradarlo a continuación.
L.
me pasó, sí, idealizar mucho a alguien. es como decís...la decepción terminó en degradación...solo sé hablar pestes de esa persona...pero bueno...ya pasará. o no.
ResponderEliminarludmila
no creo que uno se decepcione de la persona. lo que se degrada es la fantasía. lograr hacer esa diferenciación creo es un gran paso. no sé en qué...
ResponderEliminaren terapia aprendo que la decepcion tambiene s responsabildiad de uno. Cuantas cosas ponemosen esa persona, como lo vestimos, y después nos damos cuenta que fue nuestra más pura fantasía. Pero igual duele..
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