domingo, 16 de mayo de 2010

Domingo en extinción


Escribir en presente es imposible. ¿Cómo digo ahora? Puedo intentar hace un rato, una hora, algunos ratos, varias horas. Ni eso. Dejo decantar. Informe sumario. Amor en alta madrugada, caminata al parque, sol filtrado por la copa de un árbol. Cerveza. Un amigo borracho me dice que un libro mío es pura mierda. Luego me invita a tomar de una botella recién abierta. Declino el convite pero no por resentido. Es temprano. En un shopping consigo Principiantes, antología de cuentos sin editar. No confío en ese libro. Pero hará falta para llegar a la medianoche. Luego Las playas de Agnes, película filmada por una mujer de ochenta años que no cuida las formas. Cuenta su vida de hace un rato, una hora, algunos ratos, varias horas. En una escena muestra a una pareja de actores desnudos. El hombre tiene una erección extraordinaria. Casi al final se ve el mar que siempre recomienza. ¿El domingo también? ¿También mañana?
L.

2 comentarios:

  1. La basura abierta y desparramada por toda la vereda (siempre de 20 a 21 hs).
    El frío que se hace presente para congelar a tantos que duermen en las calles.
    Los bici-repartidores de empanadas y pizzas para no cocinar un domingo a la noche.
    Los goles del campeón, del que no fue, la alegría y el desconsuelo.
    Todo vuelve a empezar.

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  2. La silla, sola frente al mar, me recuerda las tardes que voy a leer en la playa de la bahía. Siento el culo en el pedregullo y me dedico a leer, de tanto en tanto observo lo que pasa en ese ambiente. Todo me ayuda a combatir la estupidez...

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