Todos tenemos un estilo singular de ser y estar. Y si no lo tenemos deberíamos preguntarnos por qué. Si por estilo entendemos una forma y si admitimos que la forma arrastra contenidos, podemos concebir la vida de cada cual como una pequeña obra de arte. Su mayor o menor calidad dependerá de nosotros. De no aceptar palabras de otros, consejos de otros, comportamientos llamados habituales que en realidad son copias de fotocopias y sombras de otras sombras. Cuando un discurso, un movimiento impensado o una conducta se apartan del más directo, útil e insensible modo de estar en el mundo, podemos decir que alcanzamos (por fin) un estilo, una manera autónoma y ejemplar al mismo tiempo. Será algo que va a distinguirse del conjunto. La búsqueda esencial empieza por ahí.
L.
La búsqueda esencial... ser lo que se quiera ser y no lo que se espera que una sea.
ResponderEliminarEstar con quienes se quiere estar y no con quienes "hay" que estar.
Elegir. Desde lo más profundo y oyendo ese speech interno que siempre nos habla, pero que tantas veces ignoramos por las interferencias de tanta boludez exterior.
Y nunca, pero NUNCA, encajar con el patrón que alguien, alguna vez, quiso para nosotros.
Ahí sí, oíd el ruido de rotas cadenas, libertad, libertad...
Pura imposición. Eso es lo que aveces pienso que pretende la educación, meternos verdades absolutas y estilos ajenos. Luis, ¿realmente existe la gravedad?...
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