domingo, 30 de mayo de 2010

Elogio de la razón impura


El acto de desear a alguien incluye la noción de cuerpo y apetito. Frases como te como toda encierran una verdad profunda más allá de la brutalidad. No hay altruismo ni armonía en el deseo. No hay pureza. Un simple beso implica un poderoso intercambio de bacterias. ¿Dejaríamos de besar por eso? Hay belleza hasta en la fealdad. Nada más repugnante que pretender maquillar la vida como esas fragancias que se usan en los baños de oficina. En nombre de la sinceridad habría que declarar la guerra al buen gusto y a los pensamientos puros. Lo hizo Girondo (1891-1967) con su poesía prosaica. El hecho de poseer un hígado, dos riñones y hasta genitales -ejemplificó- ¿no justificaría que pasáramos los días aplaudiendo la vida y a nosotros mismos? ¿Acaso no es un milagro?
L.

1 comentario:

  1. A veces uno quisiera ser canibal, no por el placer de devorar a alguien sino por el de devorarlo. Cioran. Saluti!

    peregrinopurpura.

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