martes, 18 de mayo de 2010

Vivir dos veces


Borges (nuestro escritor mayor) no cogió, no bebió, no bailó, era ciego, etcétera. Hemingway (uno de los más grandes autores estadounidenses) llevó a la cama a varias decenas de mujeres propias y ajenas, mató elefantes, ciervos y atunes, fue corresponsal de guerra, a los 50 se acostó con chicas que aún no eran siquiera adolescentes, tomaba una botella de whisky por día, tuvo heridas de bala, fractura de cráneo, cáncer de piel y quemaduras de primer grado. Una vez se hirió a sí mismo intentado dispararle a un tiburón en altamar. Otra vez (y aquí se acaba la lista) se pegó un tiro en la cabeza. Las diferentes situaciones expuestas no hicieron de Borges y Hemingway los escritores geniales que fueron. Sus libros están bien escritos y eso es todo. Conclusión 1. Los narradores no son buenos por aislarse, por hacer el amor con frecuencia o por haber vivido hechos extraordinarios. Conclusión 2. La literatura bien entendida no "expresa" nada. Es un ejercicio de construcción textual y espiritual que sólo se resuelve en ese acto. Conclusión 3. La escritura es más pobre pero más clara que la vida. Conclusión 4. Escribir es vivir dos veces. No se me ocurre nada para la quinta conclusión.
L.

6 comentarios:

  1. Buena reflexión. Me hace acordar a lo que decía Chéjov: la gente no viaja al Artico para arrojarse al mar helado. Un hombre come sopa de arroz, se pelea con la mujer y va a dormir. Con eso el escritor ruso construyó su arte inigualable.
    Ludmila

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  2. La quinta, Beckett.

    FC.

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  3. Además de todo eso, Hemingway respaldó en forma incondicional la revolución cubana. No era un tibio.

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  4. Conclusión cinco: el momento es AHORA

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