Padres que abusan de sus hijos, madres cómplices que prefieren callar, tíos babosos con las bonitas sobrinas, abuelos abandonados a su suerte por los queridísimos nietos. La sagrada familia no es tal. La mejor de todas esconde secretos pesados que luego afloran en las fiestas a gritos y botellazos. Solemos pensar que el mal está afuera. Error. El enemigo está adentro disfrazado de altruismo, simpatía y generosidad. Todo va bien hasta que aparece un problema. Ahí hace agua el espíritu filial. Sería mejor que cada cual arme a su modo un grupo familiar de preferencia. Y que lo haga con amigos y hermanos auténticos (o sea) más allá de los lazos de sangre. A veces nada resulta más siniestro o extraño que la familia propia.
L.
Para mí lo peor es la indiferencia. Mis viejos no saben ni el nombre de las materias que curso en la facu. Creo que ni saben qué carrera hago. A veces me preguntan pero se olvidan al día siguiente. Mi hermana, en cambio, es más compinche. Muy buen post pese a su crudeza. Hace falta que alguien diga estas cosas en medio de tanta hipocresía.
ResponderEliminarM.
No siempre hubo familias. La comunidad primitiva no conocía esa institución. Federico Engels relaciona la aparición de la familia con la herencia y la producción sobrante. Si vamos a endiosar todas las construcciones sociales estamos perdidos. Felicitaciones por el post.
ResponderEliminarLudmila
Anoche falleció Ernesto Garate, hombre de campo, falleció en el geriátrico. Allí lo depositó el hijo. Molestaba en la casa. A los 83 años la gente molesta.
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