Los salmones de Alaska remontan el poderoso río, salvan obstáculos diversos y llegan exhaustos a desovar. Lo hacen tras un increíble esfuerzo de fe y persistencia. Una vez acabada la tarea se desmoronan, pierden las escamas, sus aletas se despedazan y, a las pocas horas, mueren. Esta deslumbrante marcha contra la corriente convierte a los salmones de Alaska en los héroes de nuestro tiempo.
L.
Eso. Nadar contra la corriente aunque duela, aunque perdamos amigos y premios. Nadar siempre contra la corriente.
ResponderEliminarM.
Todos, mal que bien, somos salmones de Alaska. Algunos no tenemos esa fuerza y valentía de nadar contra la corriente y desovar camino a la muerte.
ResponderEliminarOlivia