jueves, 27 de mayo de 2010

Teoría del blog


Los blogs componen una extraordinaria afirmación de vida. Son un grito desesperado del espíritu y también del cuerpo. Es el viejo miedo a desaparecer sin huellas convertido en su reverso. Es como si cada uno de nosotros dijera aquí estoy, existo, pienso, sueño, amo, no amo, rechazo, adhiero, respiro, soy, leo, voy al cine, tengo amigos, no tengo, quiero cambiar esto o aquello de mi vida y el mundo, sufro en bicicleta y en la cama. Tengo ganas de ser feliz, sí, muchas ganas. Pulsión de amor y sed, aullido en la manada, los blogs serán buenos o malos, bien o mal escritos, eróticos o escatológicos, absurdos y desvariados como éste. Pero quienes los hacemos aspiramos a dejar un registro vibrante de nuestro existir sin causa ni por qué. Mi teoría del blog sostiene que estos espacios son un desafío inconsciente a la soledad y la muerte. ¿Qué no debemos quedarnos pegados a la computadora? ¿Qué conviene cuidar más la forma visual? ¿Qué sería bueno evitar que los posteos se conviertan en confesionarios patéticos y sin interés para nadie? De acuerdo. Pero quien arma una red tan grande y polifónica (porque somos un coro universal) secretamente espera enormes cambios en el último minuto. Sin exagerar. Pequeños cambios también alcanzarían.
L.

2 comentarios:

  1. Este blog, por caso, cambia algo en mí. Me hace pensar las cosas nuevamente. Creo que eso confirma la teoría.
    Lara

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  2. Esta entrada me gustó MUCHO.
    Ya lei bastante hoy eh! Seguí escribiendo, Luis, que te leemos.
    Un beso.

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