Morir es fácil, decía un poeta ruso. Hacer vida es mucho más difícil. La otra noche una alumna me pidió que habláramos dos segundos antes de la clase. Dijo que estaba retrasada en los trabajos debido a que padecía un pico de estrés. Son las palabras que usó. Estoy deprimida y medicada, especificó. Luego se quedó callada un rato. Me limité a decirle que no se preocupara por los trabajos y que vivir es difícil para todos. Eso ya lo aprendí, dijo sonriendo. Y agregó que antes pensaba que todo era maravilloso como una playa o un helado que nunca se derrite. Me limité a decirle que entonces ahora está mucho mejor. Por más depresión que tenga. La verdad es la mejor terapia que conozco. Debí decirle algo más. Que los helados se derriten pero las playas (todavía) siguen ahí.
L.
De ser la vida como un helado que nunca se derrite sería dura y puntiaguda como el hielo.
ResponderEliminarSaber que su belleza y su dulzura son finitas son un buen aliciente para tratar de atraparla. Las playas siguen ahí esperando ese mar escurridizo dispuestas a recibirlo traiga lo que traiga.
Graciela B
Ojalá pase más seguido. Post y comentario se hacen uno. Muy lindos textos. Jéssica.
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