Ya la olvidaron los astronautas antisépticos del siglo XX. ¿Qué puede ver de interesante ahí un ciudadano de traje y celular? Apenas un pequeño satélite cuya probable utilidad será la de depósito para proyectiles nucleares. Hace tiempo las jóvenes irlandesas veían en la luna el rostro de un futuro amante. Los puritanos de Boston suponían que ahí moraba un duende maléfico. Los nativos de Samoa creyeron ver a una anciana hilando nubes. La luna (dice el poeta) se puede tomar a cucharadas o como una cápsula cada dos horas. Es totalmente afrodisíaca y delicada. Los condenados a muerte y los condenados a vida saben que no existe mejor estimulante que la luna. Se aconseja (eso sí) tomarlo en dosis precisas y controladas.
L.
L.
La ilustración es una donación exclusiva de mi ex alumna Coni Sánchez Chiappe. Los interesados pueden visitar su blog cliqueando en dibujos de Coni/ver lista de blogs recomendados acá. El texto resulta de inspiraciones propias y ajenas. Entre estas últimas debo mencionar a los poetas Jorge Teillier y Jaime Sabines.
Perfecta conjunción de texto, poesía y dibujo.
ResponderEliminarGracias por devolvernos la luna olvidada.
Ludmila
La luna es armonía, lo que garantiza -al mirarla- que miremos al menos unos segundos para adentro.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMi amiga coni cada vez dibuja mejor.
ResponderEliminarPor otra parte, no entiendo mucho de blogs pero los textos que se publican aquí me invitan a la reflexión interna.
Felicitaciones para ambos entonces.
¡Qué hermoso dibujo! Y muy bien acompañado por el texto. La luna es un agujero de luz en el cielo. La luna es puro ser en el silencio.
ResponderEliminarMika
que mejor que ver en la oscuridad, un poco de luz
ResponderEliminarO.
Y se habla poco del lado oscuro de la luna, título de un gran disco de Pink Floyd (disco alucinógeno). Quizás ahí -lejos de la luz- esté el tesoro que tanto buscábamos. También pienso que es un dibujo muy lindo y un buen post en general.
ResponderEliminarGuada