La frase apareció anoche en el contexto de un taller literario. Sin culo no hay sentimientos. Surgió por asociación libre tras la evocación de una telenovela colombiana llamada Sin tetas no hay paraíso. Una alumna y yo discutimos en broma sobre la paternidad del enunciado y su posible utilidad para titular una novela. De regreso a casa (y más allá del chiste) pensé un poco la cuestión. Las nalgas son o serían la contracara del mundo espiritual. Bastaría mencionarlas en un ámbito académico para producir un justificado revuelo. El discurrir filosófico no podría jamás ser asociado con semejante zona del cuerpo y el lenguaje. Creo sin embargo que la frase resume una verdad fundamental. La existencia precede a la esencia. Ni siquiera el pensamiento más elevado puede ignorar la anatomía por menos elegante que resulte. Eso incluye también las partes más abyectas e indecentes. La verdadera poesía es impura por definición. Conviene mezclar y retomar entonces los postulados iniciales. Sin culo no hay paraíso. Sin tetas no hay sentimientos.
L.
creo entender la idea. para pensar, filosofar o poetizar primero hay que tener un cuerpo, satisfacer el hambre y la sed, no ignorar lo "prosaico" del cuerpo, incluidos el culo y las tetas. muy buena metáfora (muy clara además) de una idea para nada superficial.
ResponderEliminarmika
Así como la montaña se convierte en musa para el viajero. La observa desde la base hasta la cima (o viceversa, y acaba enamorándose de toda la ciudad.
ResponderEliminarPor mi culo, mi último novio se dio la vuelta para verme. Y por ese culo se le metió en la cabeza -y en los pantalones- que debía conquistarme. Y lo hizo. En el camino se dio cuenta que había mucho más que culo (bueno, tetas no había mucho, pero el culo y las caderas lo compensaban). Y aunque el culo no pasó a segundo plano, logró enamorarse de otras cosas cuando miró más arriba y del otro lado. O mejor dicho, cuando miró todo en conjunto. Y miró más allá. Quizás con ojos empapados en aquello que le dicen filosofía. Qué sé yo. Ahora no estamos juntos. El culo no bastó. Hubo otras cosas que pesaron más.
ResponderEliminarMi vida llena de conflictos y mi desesperanza lo invadieron. Se alejó para reconstruirse y tomar fuerzas de nuevo. Yo estoy resolviendo cosas, entendiendo otras y volviéndome a armar.
Y empezándome a amar. Dice que no ha cerrado la puerta para esto. A mí me toca esperar.
Y el culo... pues ese sigue aquí. Acompañándome. Y esperándolo.
A. desde Guayaquil
Nosotros, los estudiantes de periodismo, que durante cuatro largos años vamos a la universidad en donde aprendemos a relacionar textos, conocemos nuevos pensadores y pensamientos…empezamos a mirar más allá. Enriquecemos nuestro vocabulario; cambiando los “tipo, osea, onda, nada”, adquiridos durante la adolescencia, por “sin embargo, asimismo, ergo, además, sostuvo, inquirió, etc”.
ResponderEliminarAlgunos,que tienen la dicha de asistir al taller de escritura, y sobre todo literario, mejoramos nuestra forma de escribir (y los más comprometidos) hasta la de expresarse.
Todo esto (y mucho más) no nos sirve una mierda. ¿Por qué? Porque muchos tenemos celulitis, várices, narices grandes, somos pelados o gordos. En cambio, Jesica Cirio,( por poner un ejemplo fácil) que tiene el mejor culo del país (según algunas revistas de chimentos) conduce un programa periodístico (obviemos el contenido del mismo), vive en Puerto Madero y tiene un avión privado.
Definitivamente, sin culo no hay paraíso.
Respetemos a Cirio, debe tener una voluntad admirable para ir a ver a Fort y no aumentar medio kilo por visita.
ResponderEliminarPensar que Luis nos quiere convencer para que sigamos escribiendo ¿Cómo hacer para poner el culo en la silla durante horas y evitar la celulitis? Desde que existe la pc, por lo menos los tríceps trabajan con la misma intensidad.
Si hablamos de una tarea que no permite mejorar el intelecto en el mismo momento que modelamos el cuerpo, entonces sentarnos a escribir sería algo así como resignar el paraíso.