Un anónimo tardío comenta un post más tardío aún. Mails no respondidos. El comentarista sin firma dice que un mensaje no contestado es una respuesta cobarde pero contundente. No lo vemos así en Suspendelviaje. Un mail sin respuesta no es valiente ni cobarde. Es apenas la nueva manifestación de una época signada por la frialdad. La de los indiferentes. Ante un mensaje sin réplica el interlocutor queda varado en un punto muerto. Y ante el silencio supone mil posibilidades. No le interesó lo que le escribí. No sabe qué decirme. Le interesó pero no se anima. Me está diciendo que no. Me dice que sí. Niega y afirma al mismo tiempo. Dejar un mail sin respuesta no es un acto cobarde. Es un acto perverso.
L.
Una no respuesta no es necesariamente indiferencia. Tal vez, al contrario. Por lo significativo de la respuesta, no se contesta. Se finge una indiferencia. Pero la indiferencia no existe. Nunca.
ResponderEliminarSiempre hay un registro, siempre hay una culpa. Y el silencio no alcanza, el otro entendió que fue dado por muerto, ya sea por temor, por desinterés o por perversa negación. Pero muerto al fin.
J.
Para mí la falta de respuesta a un mensaje que la espera es una manifestación de voluntad: la de no querer responder. La distracción o el olvido no siempre disfrazan la verdadera intención. Por otra parte al responder en forma anónima se busca confundir o desorientar al receptor dejándolo frente a un emisor invisible. No es cuestión de tecnología de punta son estas actitudes las que enturbian la comunicación.
ResponderEliminarGraciela B
Pensaba que la indiferencia también es producto de la marejada sobreinformativa en la que nos toca navegar.
ResponderEliminarJéssica.