A veces necesitamos a alguien. No por algo especial. No para pedir consejos. No para que nos distraiga de la soledad. Lo necesitamos y listo. Ese alguien no puede ser cualquiera. En la lista surgen dos o tres nombres que no son equivalentes. Hay solamente una persona (la que podría salvarnos) que nos hace falta de verdad. Pero, qué pena, justamente esa y no otra está lejos. Y así con todo lo demás.
L.
L.
A veces nos puede parecer a propósito que necesitamos a alguien cuando no está.
ResponderEliminarO cuando más falta nos hace.
Qué pena contigo, me dice una compañera colombiana.
Creo que lo que se extraña y necesita dejó de existir hace mucho tiempo. Es sólo un recuerdo.
ResponderEliminarsi, todo es "una lastima, pero..." al final.
ResponderEliminarCada post nuevo es mejor que el anterior. Este es bellisimo, Luis. Te vuelvo a felicitar.
ResponderEliminarpero el deseo es más fuerte que la distancia ,y ,quizá sea él el que nos salve.
ResponderEliminarSerá un consuelo ?
Maria Rosa