miércoles, 16 de junio de 2010

El fútbol y yo II


Cuando era chico mi viejo me llevó a la cancha de Platense. Todo me pareció raro y ajeno. No volví a un estadio hasta que me regalaron una entrada para ver un amistoso internacional. Se hacía en River y fue deslumbrante. Me gustó el clima de salvajismo que reinaba en el lugar. Los hinchas hacían pis contra las paredes y las mujeres observaban con curiosidad e indiferencia. Jugué al fútbol en mi época de militante. Nunca entendí nada. Pero me gustaba correr por la cancha de una punta a la otra y molestar a los delanteros desde la defensa. No tenía idea de cómo armar un juego. Así aprendí a vivir sin estrategias. Admito que me dejo arrastrar un poco por los mundiales. Ya aprendí lo que significa posición adelantada. No sé por qué llaman libre al tiro libre siendo que está lleno de obstáculos. Los que arman la barrera cubren sus genitales con las manos. Parece que el mundo se viene abajo. Después, por lo general, no pasa nada. Mañana temprano estaré viendo el partido como todos. Será una buena oportunidad para tomar mate, distraerme un rato y, lo mejor de todo, ilusionarme con algo. ¿Con qué? Con cualquier cosa.
L.

5 comentarios:

  1. Sencillamente hermoso, Luis. Me encantó este post.

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  2. Sin palabras..Lo describiste perfecto!!

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  3. Creo que a veces de eso se trata la pasión; de ilusionarse, con lo que sea, con cualquier cosa. Esto no quiere decir que todo dé igual.
    Yo estaré viendo el partido mañana, con la pasión que suelo ponerle a todo lo que me gusta, que me hace bien.


    Saludos, Luis, gran descripción.

    Diego S.

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  4. Estaba por hablar de sicosis colectiva, pero más creo que debiera hablar de ilusión colectiva. ¿Por qué? Porque si hay algo que no me interesa es el fútbol y, sin embargo, no puedo sustraerme al resultado de estos partidos. ¿Habrá en mí un atisbo de pasión que desconozco? Tu espontaneidad tentó a mi propia confesión. Gracias.

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  5. Muy bueno, Luis.

    A mi me gusta el fútbol. Me gusta tener un motivo para estar alegre o triste un domingo.
    Me gusta ir a la cancha a escuchar las puteadas de la gente en la tribuna. Creo que en la popular de Boca hay más poesía que en cien tertulias a micrófono abierto. Me gusta empezar a leer el diario por la parte deportiva, porque lo más importante, lo que verdaderamente afecta a mi vida cotidiana es si juega o no Riquelme el próximo partido.

    Me gusta, también, jugar al fútbol. Participo en un torneo con mis amigos del secundario. Nos conocemos desde hace casi veinte años y seguimos divirtiéndonos como si fuéramos chicos. Jugar. Me parece que por ese lado está la respuesta a todo.

    Abrazo de gol.

    F. Vico.

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