lunes, 21 de junio de 2010

Vivir sin pensar


Suspender el pensamiento es ilusorio. La han intentado los místicos y también adeptos a la meditación budista. Buscando el vacío han aspirado a habitar la nada. A veces llenaron el hueco con la figura de un dios. Pero abolir todo pensamiento –al igual que la suspensión de las funciones corporales- equivale a morir. Durante un tiempo el pelo y las uñas de un cuerpo inerte siguen creciendo. No pasa lo mismo con el acto de pensar. No hay un pensar más allá de la muerte. Pero mientras hay vida es inconcebible desconectar el mecanismo. Pensamos hasta cuando dormirmos, soñamos o hacemos el amor.
La cabeza es un tren en marcha desbocado, loco, imparable.
L.

1 comentario:

  1. Ese pensamiento que no para explica los descubrimientos que han hecho algunos científicos al despertar. También que un día u otro nos levantemos de mal humor o contentos. La cabeza, como dice este excelente post, no para.
    Ludmila

    ResponderEliminar