Ecco il piccolo Adriano que nació hace un par de semanas. Así empieza un mensaje que acabo de recibir desde Roma. Lo envía Paula, joven artista, fotógrafa y diseñadora que conocí en un diario armando juntos una infografía sobre Yucatán. No debíamos confundir ruinas mayas con gente en malla. Luego nos encontramos en distintas oportunidades. Una vez pedaleamos hasta Haedo, su barrio de origen. Me presentó al heladero que sobrevive junto a las vías del ferrocarril. Me mostró un bosque cercano. Paula es poética en un sentido estricto. Habla bajo. Como susurrando. Vive a diez centímetros del suelo. En uno de sus vuelos se enamoró de un italiano y dejó este país quien sabe para siempre. Durante los últimos años le perdí el rumbo. Acaba de reaparecer con novedades. Ecco il Piccolo Adriano que nació hace un par de semanas. Firma (por razones obvias) Mamma Paula. La vida resiste, pienso admirado al ver la foto. Contra toda evidencia la vida resiste.
L.
L.
Maravillosamente resiste.
ResponderEliminarHermoso post, Luis.
ResponderEliminarUn Abrazo.
El nacimiento es tan indescriptible como la muerte y genera cosas, no del mismo color, aunque si de la misma intensidad. Es fascinante realmente la vida, si tan solo pudiéramos ser tan puros como en ése primer o último instante.
ResponderEliminarla vida persiste,insiste y resiste.El universo entero se compromete en cada nacimiento .Eso se siente.incredulidad,admiración y una nueva profundidad que no se entiende bien,pero que qué importa.
ResponderEliminarPreciosa la foto
Maria Rosa
cine italiano tu relato, bella foto.
ResponderEliminarCeleste