Quizás el problema no sea la falta de ideas. La vida, quizás, sea la causa última de lo que pasa. No hablo en general. Hablo de los días parecidos a moscas o camellos. A las ambulancias que llegan tarde. A las incomprensiones. A la locura que se adueña de las avenidas y la gente. La vida no es fácil para nadie. Algo falta siempre. Algo no alcanza. Alguien grita afuera. Algo llora o enmudece. Las gaviotas se agitan en la ventana que ayer daba al mar. Hoy da a un potrero inmundo. O a nuestra propia imagen. No estoy negando el poder azul de la belleza. Al contrario. Quizás el problema sea ese. La belleza que asoma como dios entre las grietas. ¿Quién podrá sentarla en sus benditas rodillas? ¿Quién dormirá con ella esta noche?
L.
"La belleza que asoma como dios entre las grietas", cuesta ver esa belleza muchas veces, pero existe.
ResponderEliminarA veces pienso que no y todo es oscuro, sin sentido y negro. Otras, casi la mayoría pienso que la felicidad es eterna.
Hay días y días, no? Eso pasa tamién.
Pero tenemos que seducir constantemente la vida, la alegría, la belleza y la muerte.
A.