lunes, 28 de junio de 2010

La felicidad


Cuando somos felices vivimos como estúpidos. Parecemos drogados. En ese estado de satisfacción total cualquiera puede aprovecharse de nosotros hasta destruírnos por completo. Cuando somos infelices (en cambio) abrimos los ojos a la vida y entendemos todo o casi todo. ¿Se deduce de ésto que debemos trabajar sin descanso hasta alcanzar la infelicidad? ¿Sólo del dolor se aprende?
L.

4 comentarios:

  1. Ni el dolor ni la felicidad son valores absolutos. De los dos se aprende algo. Pero también lo que se aprende es siempre relativo. Las preguntas del post son legítimas. Y no es fácil responder a ellas.
    Mika

    ResponderEliminar
  2. Cuando somos infelices el enceguecimiento puede ser tanto o más fuerte que cuando somos felices. La alegría Y el dolor se parecen en su intensidad y en el riesgo que implican. Pero bueno, todo eso es preferible a vivir anestesiados. Eso creo...

    ResponderEliminar
  3. este mes me pidieron que haga un tema sobre qué hace felices a las mujeres (de este país).
    pedí a una empresa que haga una encuesta. la hicieron en las dos ciudades principales a mujeres de entre 18 y 60 años. yo pensé que en los resultados vería que hay muchas mujeres infelices. solo hace falta caminar por las calles, leer el periódico, ver las noticias, leer los mails que envían las mujeres que leen la revista en la que trabajo...
    pero me equivoqué. la gran gran mayoría dice ser feliz: con su esposo/pareja, con sus hijos, con su trabajo, con su economía...consigo mismas.
    entonces, ¿por qué nadie tiene cara de felicidad cuando camino por la calle?
    ¿existen las caras de felicidad? o ¿las mujeres usan máscaras de "no soy feliz"?
    no creo que las mujeres sean tan felices como dicen. quizás solo son optimistas.
    o les da vergüenza decir la verdad a los encuestadores.
    Alexandra, desde Guayaquil.

    ResponderEliminar
  4. La felicidad y su opuesto puenden ser enceguecedores . Aunque es cierto, generalmente, cuando uno es feliz las cosas malas parecieran minimizarse. Pero creo que lo importante es tener, en cualquiera de estas situaciones, los pies sobre la tierra y al caminar por ella, los ojos bien abiertos.

    O.

    ResponderEliminar