Más de una mujer debe haber fantaseado con entrar de incógnito al vestuario de hombres en un club. La zona más interesante posiblemente esté en las duchas. Ahí verá cuerpos extraños, culos chatos y extraordinariamente blancos, sexos largos y gruesos, algunos, y otros que apenas sobresalen como pezones o lápices de carpintero. Eso sí. Todos caen tristemente hacia abajo. Entre panzas, pelos, figuras encorvadas o talladas en aparatos queda poco espacio para las musas. Se ven musculaturas que asustan. Carnes fofas, también, lavadas piadosamente por la ducha fuerte. Lo mejor son las charlas improvisadas. Los primeros intercambios sobre el mundial derivan sin pausa a las mujeres. Ayer me levante a una del gym, dice alguien. Es una putita. Otros se harán los filósofos y, mientras enjabonan con esmero sus testículos o la hendidura de las nalgas, evocarán el miedo profundo que tienen a las chicas. Las mujeres tienen esa virtud, desliza uno con la toalla en la mano. Nos hacen recordar que venimos de su vientre. Hasta en la cama se diría que quieren volver a meternos adentro. No las odio. Las adoro. Pero juro que me dan miedo. Yo escucho y observo como si estuviera en otro mundo. Invisible por elección no sé qué decir y me dejo llevar por lejanías. Me seco, armo el bolso y me voy sin decir palabra. A veces fantaseo (también) con entrar de incógnito al vestuario de mujeres. No puedo siquiera imaginar qué diablos pasa ahí adentro.
L.
¿puede ser que así sean las charlas de los varones en el vestuario? ¡me maté de la risa! ¿cómo puedo entrar a uno sin que me vean?
ResponderEliminarmika
sí, conincido con Marian. Jamás estuve en un vestuario que se hablara de sexo, salvo cuando salen de la pileta las púbers enamoradas del profe "viejo" -que tiene mi edad, 25-.
ResponderEliminarLas mujeres hablamos del clima, de la tele, de la clase y cosas poco interesantes... ni siquiera nos mostramos demasiado.
Romi Z.
ahora, qué raro es eso de temerle a una mujer! cuánto cagón dando vueltas... asombroso!
Las mujeres hablan de cosas bastante menos interesantes que los hombres, a saber: el horario de la clase, cual es mejor profe, que clase es mas recomendable, tambien del clima, la comida que cocinaran esta noche, el producto que usan para el pelo, si el agua de la pileta esta fria, cuanto dura la revisacion, (todo mientras se pasan cremas, alguna usa secador de pelo) y otro asunto aparte es la balanza. Regla de oro: pesarse desnuda y sin ojotas, para no sumar ni un gramo de mas. Luego viene el tema de las dietas y esas cosas tan aburridas. De hombres? poco y NADA. Eso sí, nunca falta esa mirada femenina competitiva que te echa el ojo de arriba abajo para ver como "venis", que tan en forma estás, y claro también comparándose consigo misma. En fin, Luis, mas que algunos desnudos de envases atrayentes, a nivel charlas, nada interesante
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