viernes, 11 de junio de 2010

Fecundación mundial


El Buddha descendió del cielo directamente hacia el vientre de su madre. Adoptó para ello la forma de un elefante blanco como la leche. La diosa azteca Coatlicue (con falda de serpientes) fue seducida por un dios parecido a una bola de plumas. Las metamorfosis de Ovidio abundan en escenas de ninfas perseguidas por dioses con diversos disfraces. Zeus fue un toro, un cisne, una lluvia de oro. Cualquier hoja que tragara accidentalmente (una nuez o el soplo de la brisa) podía fertilizar el vientre propicio. La fuerza procreadora gobierna la mitología. El esperma universal busca un lugar de alumbramiento. Vámonos cuervo a fecundar tu cuerva, resume el poeta como una orden. Habrá que hacerle caso.
L.

1 comentario:

  1. El hermoso libro de Clarice Lispector A hora da estrela dice sabiamente:

    Tudo no mundo começou com um sim. Uma molécula disse sim a outra molécula e nasceu a vida. Mas antes da pré-história havia a pré-história da pré-história e havia o nunca e havia o sim. Sempre houve. Não seu o quê, mas sei que o universo jamais começou.

    Es así.

    Victoria

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