martes, 8 de junio de 2010

Elogio del cuerpo I


No hay erotismo sin cópula. Tampoco hay vida sin cuerpo. Despojado de la elocuencia genital el espíritu más puro deviene agua estancada. La exaltación mística lleva a los débiles a abominar del propio cuerpo. Lo ven feo, sucio, corrupto. Lo convierten en un fantasma sin vida. En la fuente de todos los males. El alma, en cambio, sería el asiento de la pureza. Lo corporal reducido a una imagen estrictamente anatómica (cadavérica) se opone al cuerpo vivo donde física y metafísica son lo mismo. La vía opuesta conduce a la pornografía, desangelada caricatura de Eros. La expresión física del amor dignifica la sexualidad y, paradójicamente, la espiritualiza. Ninguna religión del alma puede basarse en la hipocresía. Fuera del cuerpo (decía Henry Miller) sólo hay angustia y desilusión.
L.

1 comentario:

  1. La hipocresía no puede fundar ninguna ética, ninguna moral, ninguna estética. Gracias por el post.
    M.

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