Los criminales de guerra nazis fueron excelentes abuelitos. Hay escenas filmadas donde se los ve paseando a sus nietos y jugando con ellos en jardines situados a pocos metros de los hornos crematorios. Torturadores y asesinos de la dictadura argentina son afectuosos. Aprecian los asados en familia. Son buenos padres y esposos. Videla jamás faltó a la iglesia. El narcotraficante colombiano Pablo Escobar (responsable por la muerte de cuatro mil personas) era un padre amantísimo. Tampoco se olvidó de su madre a la que rodeaba de cuidados y gestos amorosos. George Bush (asesino indirecto de 600 mil iraquíes) es un padre ejemplar. Tiene linda sonrisa, se viste sobriamente y hasta fue solidario con el pueblo de Haití durante el último sismo. Tanto cariño llama la atención. Algo huele a podrido en las familias. Algo esconde en su desmesura el amor filial. Cuidado con los buenos. Son los peores.
L.
La negación, creo, Luis. Lamentablemente, resulta mucho mas fácil no ver que ver. Si vemos, DEBEMOS actuar. Creo que el teatro, la no transparencia global, es proporcional a lo mucho que vemos y no nos aseguramos de modificar. ¿Es más fácil seguir destruyendo a enfrentarse a millones de actos con los que no estamos visceralmente de acuerdo?
ResponderEliminarLa manipulación efectiva la realiza el lobo vestido de cordero. Separar la cizaña del trigo no es fácil. A veces la razón aparece envuelta con los encajes de la emoción y no nos atrevemos a dudar de la belleza que vemos y si lo hiciérmos nos sentiríamos culpables. El Bien y la virtud existen. Pero no hay que comprarlos en la mesa de saldos.
ResponderEliminarGraciela B
No se si tiene que ver con este tema, pero me alegró mucho que lo encanen a Martínez de Hoz. Como se decía por aquellos años: ¨algo habrá hecho¨
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