sábado, 5 de junio de 2010

A la izquierda del roble


No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes. Así empieza el único poema de Mario Benedetti que puedo soportar. Las parejas que huyen al botánico se miran fanáticamente. Es como si el amor fuera un brevísimo túnel que ellos contemplaran por dentro. El texto sigue más o menos así. Cada parte se inicia igual. No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes. Esa frase justifica todo. Más adelante la situación oscurece gravemente. El jardín botánico también alberga pasiones en desgracia. Aquellas donde uno de los dos dice yo sé que nuestro amor fue desde siempre un niño muerto. Más allá de eso el botánico (de Buenos Aires o de cualquier lado) es un parque dormido que sólo despierta con la lluvia. Lo dice a su modo el poema. Y cuando termina (a la izquierda del roble) uno se queda respirando esa gran asamblea de hojas verdes. El lector presiente que no todo está perdido. Una que yo sé reiría mucho con lo que viene a continuación. No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes. Pero el botánico es una burbuja de silencio en el desierto de los ruidos.
L.

1 comentario:

  1. nunca pensé q un poema podía comentarse, citarse y darse vuelta de manera tan alocada como en este brillante post.
    mili

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