Solía decir Sartre (el filósofo existencialista) que el hombre y la mujer viven en transformación constante. No existe otra manera de ser que no ocurra en estado de mutación continua. Por eso decía también Sartre que solo las piedras y los muertos son. El hombre no es. Y no es porque está cambiando aún sin darse cuenta. Cada uno de nosotros se mueve siguiendo un plan subterráneo. Por eso elegimos una dirección determinada, una persona, una vocación, un color, una cama, una identidad. Creemos que se trata de una actitud azarosa o espontánea. No sabemos que sabemos hacia donde vamos. Eso pasa. No sabemos que sabemos. El cambio es invisible.
L.
L.
Este post se complementa bien con el que sigue. No cambiamos voluntariamente. Cambiamos porque cambiar forma parte de la naturaleza humana. Gracias por este nuevo aporte.
ResponderEliminarLudmila