Deliberadamente le quité la s. Puse memoria y no memorias. Suele ocurrir que quienes escriben esos ladrillos lo hagan a la manera de los malos alumnos de escuela. Los que ensayan una respuesta sin reflexión alguna. Suele pasarle a quienes hacen del recuerdo un deporte. Edulzan, falsean, redondean, mienten y se mienten. Ninguna ruina vuelve atrás. Nadie puede ver claramente su vida. Nuestra memoria está poblada de historias que nos contaron sobre nosotros. Esos relatos componen el cuento que hicieron los demás con nuestros días pasados. ¿Adoptaremos esa versión como propia? Las evocaciones reales están hechas de imágenes y voces fragmentarias que apenas llegamos a babulcear. Son pocas pero son. Y difícilmente podamos expresarlas o compartirlas. ¿Quién soy yo? ¿El que ven los demás? ¿El que creo ser? ¿Lo que no fui pero me gustaría? Hay un momento de la infancia donde se pierde la infancia. Hay un momento del amor donde se pierde el amor. Eso es todo. Lo demás es ficción o, para decirlo de otro modo, el arte de contar historias. Las mejores entre ellas serán infieles. Pero dirán la verdad secreta que jamás hallaremos en los libros de memoria.
L.
"Las evocaciones reales están hechas de imágenes y ...." No comparto la idea. Para mí no existe nada en el mundo que pueda ser catalogado como una Evocación Real. Todo es subjetivo. Preguntale a un testigo de algún episodio compartido y vas a ver que su Evocación Real difiere completamente de la tuya. ¿Cuál de los dos es el dueño de la Evocación Real-Real?
ResponderEliminarestoy de acuerdo con el comentario de arriba. pero a su vez, importa quien tiene la verdad absoluta, real? mejor vivir para uno, defender lo que uno cree y si el otro no comparte lo mismo, alla el...
ResponderEliminarO.
A la hora de contar lo vivido creo que es imposible hacerlo sin dejar que se filtren emociones, interpretaciones y olvidos que habrán ido formando los recuerdos que arbitrariamente son elegidos para darlos a conocer. Lo importante tal vez sea más allá de la necesaria subjetividad del relato qué memoria nos disponemos a compartir.
ResponderEliminarGraciela B