Mi hija aferrada a mi brazo en el subte. Mi brazo aferrado al vacío. El vacío no tiene quién le escriba. Mi brazo más débil que la mano de mi hija. Dos mujeres hablan a los gritos en Pasteur. Una dice que fue a la milonga y no levantó nada. La otra exhibe sus tetas en un vagón lleno de esperma. La ciudad tiene miedo y yo también. Ni una gota de agua. Calles sin luz ni esperanza. Mi hija se agarra de nuevo a mi brazo. Ya en camino el taxista habla por primera vez. Parece que va a llover, dice. Le hago una pregunta. ¿Falta mucho para 2046?
L.
L.
Buena pintura de un instante...
ResponderEliminarMagnífico relato, me ha gustado muchísimo. excelente fotografía.
ResponderEliminar2046 parece que está a la vuelta de la esquina , en un ratito será .
ResponderEliminaro es que se llega ahí? .
hay gente que le dice estación esperanza.
a mi también me ha gustado demasiado... un relato reversible, que cuenta lo que te pasa adentro y lo que pasa afuera. al final de cuentas las entrañas hablan , parece.
Celeste,la mexicana