Endiosamos ideas, hombres, artistas, mujeres. Encendemos velas para el dios dinero, el dios auto, el dios poder. Antes de entrar a la iglesia (o al supermercado) confundimos la fe con el consumo. Después nos volvemos ateos y endiosamos la abolición de las creencias. Pero nadie se salva de creer. Dios está en todas partes.
L.
No nos salvamos de creer. Despertarse todos los días y seguir es un enorme acto de fe. Incluso los suicidas tienen esperanzas en algo.
ResponderEliminarRebeca
Los endiosamientos consumistas nada tienen que ver con Dios. El tener y el ser no son sinónimos. Dios está en todas partes pero no reside en ninguna en particular.
ResponderEliminarGraciela B
Me encanta Luis tu desafio,tu provocación constante y humanizante.Yo humanizo,tu humanizas,el humaniza,nosotros humanizamos,vosotros humanizais,ellos humanizan.Y quizás Dios se ateice después de tanto endiosamento inútil y vacio.
ResponderEliminarMaria Rosa