Siendo yo un tierno adolescente mi padre decidió contarme la historia de la semillita. Pero no usó metáforas rurales. Me habló crudamente y me advirtió que una chica que me gustaba no tenía tetas. Sería conveniente (precisó) que buscara a una niña menos parecida a mi hermano. Más tarde fue el turno de mi madre. Ella eligió el discurso espiritual. Me dijo que si yo me enamoraba mucho de una mujer la dejaría embarazada. En otras palabras quiso decirme que los niños nacen del amor o de ninguna otra parte. La noticia me dejó aterrado. Una alumna me contó ayer que sus padres la asustan con el tema. Desde la pedagogía del miedo le dicen que la pastilla hace mal, que los hombres no se cuidan, que hay que ponerse forros para preservarse de la gente tóxica. En fin. Por lo visto los padres no son buenos docentes. O dicen demasiado y a destiempo. O no dicen nada. O lo que dicen confunde más todavía. En sexo, como en todo lo demás, la clave es dar con buenos maestros. ¿Pero dónde están esos guías tan preciados?
L.
para mí, al menos, esos guías (esas en este caso) fueron mis amigas. no serán expertas desde la teoría pero tuvieron más experiencia que yo. muy buen post.
ResponderEliminarmili