martes, 13 de julio de 2010

Agujeros


Nuestra vida depende casi absolutamente de agujeros. Y ni siquiera sabemos qué contienen. En teoría el inconsciente es definido como un agujero en lo real. Pero la lista incluye más y más cavidades. Las estrellas convertidas en agujeros negros al morir, algo invisible y húmedo que se ahonda entre las piernas de las mujeres, la tumba oscura y silente, la boca de los volcanes y la boca a secas. Agujeros en la nariz, en las orejas, en la mente, en la roca, en la arena, en los anillos, en el ojo de las agujas, en la memoria, en el culo, en la calle y en los cráteres lunares. En literatura conviene agujerear el discurso y las balas asesinas cavan profundos pozos en el cuerpo. Taladramos paredes para introducir clavos y violamos la tierra para sacar petróleo. Por donde vayamos encontraremos agujeros de todos los tamaños y funciones. Es inútil escapar de ellos. El mundo ya es un agujero. También lo son la vida, la muerte y el amor. ¿Mejor salvarse de tantos abismos? No. La única salida es hacia abajo.
L.

2 comentarios:

  1. Gieco tiene una canción en la que dice que es "un pobre agujero", a veces uno se siente así, pero coincido es mejor dejarse caer en ellos ...llegados al fondo sólo nos queda subir como decía Serrat.
    Graciela B

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  2. Muchas veces esos agujeros son un vacío. En esos casos hay que dejarse caer y llevar por el problema, como en el mar, para poder salir de nuevo a flote.

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