Detrás de muchas de las cosas que hacemos, amamos y sentimos hay un disparador secreto. Es algo que está en el origen del movimiento y nos empuja a encarar nuevos y mejores rumbos. Puede ser una mujer, un trabajo, un amor, algo que vimos en la calle al pasar. Puede ser un libro, una película, un mendigo cubierto de bichos que vimos recién en la puerta de una iglesia. Por todas partes hay disparadores apagados que se encienden y nos cambian la vida. Luego decimos que gracias a ellos crecimos y aprendimos. Pero no es así. Apenas se trata de micropartículas que de pronto (y en el momento menos esperado) provocan la chispa que encenderá la llama. Son disparadores. No es gracias a ellos que cambiamos.
Pero sí a causa de ellos. Parece lo mismo pero no es igual.
L.
Para mí ayer fuiste un disparador y encendido, y fue en el momento menos esperado, y como te dije, algo que no esperaba, valga la repeticióin...
ResponderEliminarGracias por confiar en mi desde tu desconfianza, por creer en mí y apostar a que podía y puedo más y más.