miércoles, 28 de julio de 2010

Elogio de la moderación


No se puede vivir cada día como si fuera el último. O levantarse a la mañana pensando que vamos a morir. No es para nada aconsejable hacer del amor (cualquier amor) un acto heroico y sacrificial. Por más que nos guste una persona no sería bueno entregarnos a ella de una manera total y absoluta. La obsesión no es aconsejable en ninguna de sus formas. Ni siquiera en la artística. Por más inspirado que esté un hombre (por más valiente y trascendental) en algún momento debe ir al baño, tomar agua, visitar amigos, ir al cine, comprar manzanas en el coto, salir de la caparazón. Los extremos se tocan y a la larga se vuelven intolerables. Mejor es buscar la mitad de la mitad de todas las cosas. El punto es la mezcla.
L.

3 comentarios:

  1. Me parece muy bueno el texto, el punto como en la cocina, esta en la mezcla, en la exquisitez del equilibrio, la foto es preciosa
    maría cibeira

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  2. Coincido con María. Hay que encontrar el punto como en la cocina. Los franceses dicen que en una salsa bien hecha ningún sabor debe predominar. Así en la salsa de naranjas de los crêpes suzettes nadie debe descubrir el toque de Cointreau. Ese punto es único como lo serán esos crêpes. El secreto es la mezcla.
    Graciela B

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  3. ¿No sería mejor vivir tristes... para no arrepentirnos de morir?

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